Por Alma González
El lunes empiezo la dieta…
Solo que pase el “cumple de mi prima” y ahora sí retomo el ejercicio...
Vemos exitosa a la gente que “hace” y que “logra”. Admiramos a las personas que están en movimiento y que están llenos de intenciones, deseos, metas y objetivos, por cumplir.
Y el fin de semana me encuentro comiendo sin saciarme, pensando que el lunes ahora sí me voy a poner a dieta, voy a comer bien, voy a iniciar un proyecto, voy a hablar con la persona que hace mucho no hablo y de pronto llega el lunes y no pasa absolutamente nada de lo que había dicho iba a suceder.
Entonces me comparo... ¿Por qué los otros sí y yo no?
¿Qué es lo que me mueve?, ¿Qué realmente es lo que me detiene?... ¿Es la famosa falta de voluntad?
Creemos que cuando no podemos hacer algo es por falta de voluntad y que si no la tenemos, no podemos obtenerla. Y esto es un error, porque todos tenemos y Sí podemos desarrollar y fortalecer nuestra fuerza de voluntad.
Pero además de la “falta de voluntad” los pensamientos y sentimientos son factores que influyen en nuestra mente para activarnos a hacer o dejar de hacer las cosas que deseamos, entre más conscientes seamos de ellos más fácil será lograr lo que estamos buscando.
Entonces, ¿Cómo dirijo a mi mente para dejar de auto-sabotearme?
1. Lo primero es identificar aquellos pensamientos que vienen a tu mente, esos pensamientos que a veces te dicen, ‘’ya para que lo haces”, “seguro no lo vas a lograr’’ o ‘’ para que lo intentas’’ este tipo de pensamientos son los que sabotean el logro de tus objetivos y los que “no te permiten” el lunes iniciar con la famosa dieta.
2. Observar cuál es el medio en el que te estás desenvolviendo: Las neurociencias dicen que el comportamiento de una persona cuando está en grupo es diferente a cuando está solo. Cuando estamos en un grupo adquirimos “la identidad del grupo”, así que si el grupo con el que estamos o las personas con la que nos rodeamos promueven un estilo de vida que estamos buscando, la probabilidad de cumplir nuestros objetivos alrededor de ese estilo de vida, será mayor que estando en otro medio.
3. El famoso “decreto”: Hay situaciones que desde nuestra mente y de manera anticipada anunciamos que van a suceder, por ejemplo:
Expreso: El lunes me pongo a dieta…
Pienso: Claro, si ya se que va a llegar el lunes y me va a ganar el hambre y si ya se que no lo voy a hacer, lo he intentado muchas veces y no tengo voluntad, etc…
En los pensamientos de auto-sabotaje que remarqué en negro, estoy declarando de manera INCONSCIENTE y anticipada que la dieta el lunes no va a pasar.
La buena noticia es que podemos usar este mismo recurso a nuestro favor, de manera que nos ayude a hacer justo lo que quiero que pase:
Expreso: “Este lunes comenzaré a tener una alimentación más balanceada”
Pienso: “Quiero comer más balanceado, quiero progreso, 1 día a la vez, sólo es el lunes y el martes sólo será el martes”
Al moldear las palabras y nuestra forma de percibir diferente el objetivo, le damos oxígeno a nuestro nivel de exigencia y con esto a nuestro estrés y a lo divertido que es jugar con nuestra mente e ir dirigiéndola hacia el lugar que quiero llegar.
Si vas observando tus pensamientos y los vas haciendo conscientes, te será más fácil ver como éstos están influyendo en tu comportamiento y cómo los puedes moldear para lograr cualquier cosa que te propongas.
Con Amor
Alma González
Soy conferencista, coach, autora, fundadora de Ama tu Cuerpo con Alma, locutora de Apetito por la Vida y creadora de programas presenciales y en línea como, Adiós kilos con amor, Recupera tu poder interior, ¿Más Delgada, Más Feliz?.
A través de Ama tu Cuerpo he tenido la oportunidad de ayudar a cientos de personas a liberarse de su sobrepeso emocional, a ser más productivas y felices y de recuperar la magia de amarse así perfectas tal cual son.
Estoy segura que la transformación de uno impacta en la transformación del mundo.
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