*Kazumi Murata
¿Puedes creer que diario vivimos pérdidas? Conoce los cinco tipos de duelo que manejamos en el modelo de Semiología de la Vida Cotidiana®
Después de casi cinco años de arduo estudio y un par de veces pospuestas por la pandemia, llegaron las esperadas ceremonia y fiesta de graduación del Colegio de Consultores y Comunicadores en Semiología de la Vida Cotidiana.
Pero por un error mío se juntó con un viaje con mi esposo que era imposible de modificar. Mi ilusión de vestir toga y birrete se desmoronó y entré en una crisis tan grande que pospuse, lo más que pude, avisar al comité organizador que no asistiría.
En el viaje me llegaban fotos de mis colegas y me brotaban las lágrimas sin poder evitarlo, e incluso eso hizo sentirse mal a Antonio. Le expliqué que, “sentirme triste por no poder asistir a la graduación” no equivalía a “me la estoy pasando mal en el viaje”.
Lo que viví fue un proceso de duelo.
Hay pérdidas muy obvias, pero si ponemos atención a nuestro día a día, diario las vivimos: cada vez que hacemos una elección descartamos las demás posibilidades. También puede ser un desacuerdo, una mancha en la camisa, una broma que me causa coraje o vergüenza, una tragedia en las noticias, etc.
El proceso de duelo es justo, el periodo en donde se realiza el cambio, ajuste y reconstrucción de mi autoconcepto y mi Proyecto de Vida para que mi vínculo relacional con eso que perdí y mi vida, sea lo más funcional posible.
Desde la perspectiva de Semiología de la Vida Cotidiana®, la intensidad del duelo depende del Vínculo de Cohesión que se tiene con la pérdida, es decir, lo que significa para mí aquello que perdí. Por lo tanto, a mayor Resonancia Significativa, mayor Emoción, mayor Cohesión, mayor Pérdida.
Un día, justo estaba estudiando el tema de los duelos, cuando me hablaron de la escuela de mi hija y me pidieron que pasara por ella porque se sentía mal. En el camino de regreso ella me confesó que sí le dolía el estómago pero que, en realidad, lo que la hacía sentir mal, era haber perdido un brillito para los labios.
Mi primera reacción fue decirle:
-Mi vida, ¡sólo es un brillito para los labios! ¡No es para tanto!
Pero en lugar de servir de consuelo, se le llenaron los ojitos de lágrimas y se quedó callada.
Llegando a casa y después de prepararle un té y acostarla, retomé mi clase (en línea) y lo primero que escuché fue “no subestimes ningún proceso de duelo” y la importancia de identificar los tipos de duelo, recordando que toda pérdida incide en el autoconcepto y en el Proyecto de Vida:
1. Duelos centrales: Vínculo de Cohesión muy alto: inciden de manera intensa y directa.
2. Duelos periféricos: Vínculo de Cohesión mediano o bajo: inciden de manera indirecta o medianamente intensa.
3. Duelos incidentales: Vínculo de Cohesión ínfimo: inciden de una manera sesgada o superficial.
4. Micro duelos: Vínculo de Cohesión bajo o ínfimo: inciden de manera momentáneo o leve, pero por reiteración y acumulación pueden convertirse en duelos centrales.
5. Duelos sutiles: Vínculo de Cohesión medio, bajo o ínfimo: inciden de forma natural y sigilosa, por lo que los suele hacer imperceptibles, pero son insidiosos y se repiten constantemente, generando estados de ánimo negativos sutiles como tristeza, vergüenza, culpa; con el potencial de convertirse en duelos centrales.
Le puse pausa a mi clase, bajé corriendo con mi hija y le pregunté por qué le dolía tanto su pérdida.
- Es que tú me lo trajiste de regalo cuando fuiste a Londres…
Y comprendí perfectamente que le dolía por lo que le significaba, no porque fuera un brillito para los labios…
*KAZUMI MURATA
Consultora y Comunicadora certificada en Semiología de la Vida Cotidiana®
Miembro certificado de la Asociación Internacional de Semiología de la Vida Cotidiana A.C.
Terapeuta holística: terapia cuántica y practicante de Barras de Access Consciousness®
Apasionada del buceo. Escritora
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